¿Está en peligro la autopublicación?
Las exigencias del mercado lector parecen estar desgastando la comunidad de escritores
… Esto es una red flag enorme
Enlazando este post con el anterior, en el que hablé sobre el mercado editorial y si se estaba produciendo demasiadas novedades, quiero comentar un tema que me preocupa muy mucho. Y también me gustaría conocer tu opinión, ya seas alguien que se autopublica o no.
Veo muchos vídeos, como ya dije, hablando del tema del exceso de novedades literarias y de gente que empieza a sentir que hay una sobresaturación del mercado. Razón no les falta, yo también he sido consciente en este último par de años. Considero que hay un desequilibrio brutal entre el ritmo de escritura y el de publicaciones nuevas, demandadas por el mundo lector.
Vivimos en la Era de inmediatez.
Todo tiene que ser rápido, no existe ya la paciencia de la espera. La comunidad lectora genera mucha presión por las exigencias de novedades o de continuaciones de sagas o series de seguido, pero lo quieren pulcro, perfecto y mimado. La editoriales aprovechan esta demanda, obviamente, porque son empresas que se crean para ganar dinero y no para divertir al colectivo lector (que también).
Escritores empujados a escribir a ritmo inhumano
Debido a esas demandas y exigencias, los escritores nos vemos forzados a escribir y publicar a un ritmo que roza la esclavitud. Sobre todo, si vives de esto y no tienes otro trabajo que te nutra y pague las facturas.
Los autopublicados nos vemos resentidos, pero los de publicación tradicional también se quejan.
Tengo mucha manía de pararme a analizar el entorno que me rodea, la conducta de la gente a mi alrededor, y ya hace tiempo que vengo observando una subida de ritmo de publicación desorbitada. Y lo sé porque yo sucumbí a ese ritmo…, y casi acaba conmigo. De hecho, puedo asegurar que mi carrera literaria se ha visto muy resentida por ello.
Cuando yo empecé, allá por el 2017, me consideraba una heroína por lograr escribir y publicar dos o tres libros al año. Luego, cuando pasé a cuatro, me decían que cómo lo hacía para escribir tanto. Ahora, me siento una estafa como escritora porque no llego a ese ritmo de escritura y de publicación (y yo escribo una media de 5.000 palabras al día).
Al principio, pensaba que todo este problema era una cuestión meramente del mundo de la autopublicación. El desgaste de tener que hacerlo uno solo es muy grande y si le amplías el ritmo, pues la tormenta perfecta.
Pero no.
Ya hace unos meses me encontré con posts en redes sociales de diferentes escritores de renombre quejándose de que se estaba perdiendo la pasión por la escritura debido a la presión de la editoriales por sacar novedad lo antes posible. Eso hizo que todas mis alarmas saltasen y me puse a investigar, a prestar más atención que hasta el momento.
¿Estamos en peligro los autopublicados?
Bajo mi punto de vista, sí, y me explico.
Para la mayoría que no tenemos una comunidad lectora potente, esto puede llegar a ser el final de nuestra trayectoria escritoril. Muchos no tenemos unos niveles de ventas lo suficientemente grandes para sostener el gasto de una publicación. Eso nos empuja a subirnos a la rueda del hámster y escribir y publicar como churros o invertir cantidades ingentes de dinero en campañas publicitarias (¡porque, señores, cada vez es más caro crear una publicidad de tus libros!).
Las grandes editoriales pueden invertir en campañas de marketing impactantes, lo que les da cierta ventaja. Los autopublicados con una comunidad lectora grande, también. El resto, a veces no nos comemos ni las sobras.
Algunos escritores indie ya están alertando que se bajan de esta rueda.
Todo esto hace que me replantee mi trayectoria. Ahora que he vuelto a recuperar la ilusión y la pasión por escribir y contar historias, no quiero volver a subirme a esa rueda y caer de nuevo en ese abismo. Me niego. Hace tiempo que aprendí a soltar aquello que me ocasiona demasiada ansiedad para el poco beneficio.
Y eso pienso hacer.
Una vez que entras en el maravilloso mundo de contar historias, tu alma muta hasta hacerse uno con la literatura. Eso no lo pierdes, pero sí puedes perder la ilusión por el simple desgaste de intentar llevar un ritmo que no va contigo.
Aquí es donde me apeo. Sin presiones, sin fechas de publicación fija. Si me leen, bien, y si no, también. Quiero seguir escribiendo por pasión, por ilusión y dejar de lado toda esta carrera sin descanso porque, lo único que he logrado hasta el momento, es llegar a considerarme un fraude, una escritora nefasta.
Así que, mi conclusión es que sí está en peligro la autopublicación, pero no es el fin. Tan solo hay que abrir los ojos y bajarse de la rueda. Tan sencillo como eso. Paras, analizas y vuelves con más fuerza.
¿Y tú? ¿Qué opinas? Es un tema un tanto peliagudo y me gustaría que se abriese un debate sano.