«Gano un millón de dólares con mi método de marketing y publicidad. Te enseño cómo lograrlo para que puedas vivir de tu pasión, sin moverte de casa. Entra en la presentación y te diré qué pasos debes hacer.»
Really George?😒
¿Me estás diciendo que ganas ese dineral al año y como eres un ser de luz celestial, quieres compartir conmigo todo tu conocimiento? ¡Oh, gracias por tanta bondad, señor filántropo heredero de Soros!
Webinars, webinars y más webinars
¿Alguien más se ha dado cuenta de la cantidad de anuncios que inundan las redes sociales con gurús dispuesto a ayudarte a hacerte rico y poder vivir de tus libros? Porque o me estoy volviendo loca, o me tocan a mí todos los anuncios publicitarios de ese tipo. Y no, no es cosa del algorrino porque jamás entro en ninguno de ellos ni me quedo un segundo de más viéndolos.
No me malinterpretéis. No quiero decir que todos sean unos vende humos porque, como todo, los habrá que en verdad obtienen resultados positivos y logran tener un grupo de clientes que aprenden y crecen, pero son los menos.
Pero llevemos esto al tema literario, que es el que me interesa comentar.
Desde que empecé en este mundillo, allá por el 2017, no he dejado de ver mensajes del tipo «Vive de tu escritura», «Alcanza tus metas y triunfa con tu libro». Por no hablar de las cifras que algunos escritores comentan sobre sus ventas. La gente se lleva las manos a la cabeza cuando escucha que alguien afirma ganar 10.000€ al mes con sus novelas. Es un caramelo muy jugoso, la verdad, pero mi mentalidad contable no me permite creer en esas cantidades tan alegremente.
Me explico.
Mi oficio, el terreno laboral en el que me formé y en el que trabajé durante muchos años, es el de Gestión y Administración de empresas, especializada en la rama de Contabilidad. Llevé muchas cuentas, las suficientes como saber de qué va el asunto empresarial y cómo leer las cifras contables.
Para que me crea la afirmación de alguien que asegura ganar 10.000€ al mes, tengo que hacer una auditoría exhaustiva de sus cuentas. Porque, para que esas cifras sean reales y en neto, esa persona tiene que facturar el triple. Si lo que me está diciendo es que factura esa cantidad al mes, eso sí me lo puedo creer, pero quiere decir que, en neto, ingresará unos 4.000€.
¿Por qué dices eso, Vanessa?
Muy sencillo. Si a esos ingresos de facturación, empiezas a descontarle gastos de autónomos, asesoría, trabajos externos (edición, maquetación, corrección, ilustraciones) y campañas de marketing publicitario para atraer más clientes, podrían llegar a restarle un 60%. Con lo cual, la cosa cambia. Siguen siendo buenos números, ojo, pero me molesta que se intente adornar o engañar a la gente contando medias verdades.
Como es lógico, esta forma de ver una cuenta contable, no la tiene cualquiera y es normal que muchas personas caigan en la falsa idea de Voy a vivir de la escritura y a ganar más de 10.000€ vendiendo mis libros.
…y ahí es donde actúan los gurús de la literatura
El deseo de ver nuestros libros publicados, en librerías y llegando a infinidad de lectores que dejen reseñas positivas es muy grande. Por eso, muchos caemos en sus garras. Y digo caemos porque yo también caí en ese error.
Básicamente, dejé de escucharme a mí misma y de seguir mi instinto para entrar dentro de una vorágine de consejos, de guías y hojas de ruta que debía seguir porque aseguraban que ese era el camino. Y durante un tiempo, así lo fue, aunque debo decir que seguí los consejos un 50-50.
Pero, de repente, un día todo cambió.
Cambiaron las normas porque la gente se volvió to loca al escuchar esas cifras tan desorbitadas de ingresos y rompieron el mercado. Porque, señores, sí, se lo han cargado. Ahora estamos todos jodidos y más perdidos que un pulpo en un garaje porque, hagamos lo que hagamos, nada parece funcionar.
Aquí es donde proliferan los chorrocientos mensajes de gente que te garantiza que, con su método, lograrás ganar cantidades ingentes de dinero con tus libros. ¿Y qué hace la gente ante esas llamas de atención? Irrumpir como elefantes en una cacharrería y romper todo el sistema de mercado que funcionaba.
Pero, esto, ya lo viví en mi anterior profesión
Cuando me cansé de trabajar como contable para otros, me lancé al mercado empresarial y monté mi propia empresa. Junto a mi exmarido, fundamos un centro canino deportivo y, con mucho esfuerzo, lágrimas, sudor y sangre, logramos poner en el mapa nacional e internacional el nombre de nuestro club.
Realizábamos pruebas muy llamativas a las que los competidores acudían cada año, sin pensárselo dos veces. De hecho, reservaban alojamiento en los lugares donde se realizaban de un año para otro. Los ayuntamientos, hoteles y restaurantes estaban encantados con nosotros. Y sí, eso mueve mucho dinero.
Pero la envidia humana, cuando aparece, destroza vidas.
Hubo quienes empezaron a echar cuentas del número de competidores que se inscribían a nuestras pruebas y los ojos les hicieron chispitas. Se quedaron sólo con el dinero que una prueba de mi club movía. No les dio la cabeza para descontar los gastos de gestión.
Empezaron a proliferar clubs pequeños, salidos de personas con el ego muy grande y creyéndose mejores que nadie, saturando el calendario de pruebas. Eso, terminó por reventarlo todo y ahora… Bueno, corramos un estúpido velo porque hace más de cinco años que dejé ese mundillo y poco o nada me importa lo que le pase.
Ahora, estoy reviviendo la misma historia con el mundo literario en general y de la autopublicación en particular. El mercado está sobresaturado de ofertas y el colectivo lector cada vez demanda más y más y más. Señores, esto va a explotar y nos va a dar todos en toda la cara.
Replanteándome mi trayectoria literaria
Como ya dije en el anterior post, estoy completamente empeñada en bajarme de esta rueda de hámster. Esto me lleva a analizar con cautela y replantear mi trayectoria escritoril a partir de ahora.
Dejar de escribir y publicar no es una opción y no está en mis planes, pero salirme de ese círculo vicioso de sacar un producto cada tres semanas o cada mes para no acabar perdida entre tanto maremágnum de novedades, eso sí que lo puedo hacer.
¡Estás loca! ¡Te vas a hundir! ¡Vas a destruir tu carrera literaria!
Voy a contaros una anécdota sobre cómo monté mi propia empresa y entré en el mundo del perro. Hubo una persona que aseguró eso mismo. Bueno, cito palabras textuales: «¿Y cómo piensas hacer agility sin mí, si no tienes ni idea de esto?» Literalmente, me marqué un Sujétame el cubata y lo puse en el top nacional. Con eso, me doy por satisfecha. No todos pueden decir lo mismo.
Así que, sí. Voy a seguir a mi instinto, a trabajar con lo que resuene conmigo y el resto, me sobra en esa ecuación. Y si todos dejasen de mirarse el ombligo, podrían hacerlo y el mercado volvería a su cauce inicial donde Todos tenemos cabida.
Dadle un par de vueltas al asunto.